miércoles, 6 de marzo de 2013

Salmos 20


Jóvenes adultos
Lunes 4 de Marzo 2013
Leslie Peredo

Salmos 20:7-8
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

7 Estos confían en carros, y aquéllos en caballos;
Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.

8 Ellos flaquean y caen,
Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.


Estos fueron los versículos con que se iniciaron las reflexiones del Grupo de Jóvenes Adultos. La pregunta de fondo fue ¿Dónde está nuestra confianza?

Lo primero fue marcar la diferencia entre aquellos y nosotros, siendo “aquellos” los que confían en carros y caballos, flaquean y decaen. Al tiempo que “nosotros” serían los que confían en el nombre de Dios, se levantan y están en pie.

¿Quiénes son “aquellos”? No lo sabemos, pero sí queda claro en que confían, marcando la primera gran diferencia con “nosotros”, los que tampoco sabemos a ciencia cierta quienes son. Sin embargo se puede suponer que es el pueblo de Israel, ya que este salmo se le atribuye al Rey David.

Los salmos fueron hechos de la vida cotidiana convertidos en canción, fueron formas de expresión de momentos vividos por el rey David, aquellos momentos difíciles de mayor sufrimiento y persecución, donde sus sentimientos más íntimos los dejó reflejados a través de la música. Y en este texto quieren dejar en claro en que está puesta su fe, y que si bien, se viven momentos difíciles es posible levantarse y ponerse en pie.


Al aplicarlo a nuestras vidas, podemos reflexionar y pensar, ¿En qué está puesta nuestra confianza?, en ¿carros y caballos? O ¿en el nombre de nuestro Dios?

¿Cuáles serían los carros y caballos en nuestra época? Algunas alternativas pueden ser: el dinero, la salud, la posición social, la profesión, etc. Pero ¿Qué sucede cuando esas cosas se pierden?, flaqueamos y nos caemos, y es en ese momento donde podemos encontrarnos con el Señor, podemos volver a levantarnos, y ponernos de pie.

Resulta importante destacar que no se quiere decir que tener dinero, buena salud, una buena posición social o una profesión sea malo, si no que al contrario, el punto importante aquí es saber dónde está puesta nuestra confianza, si en estas cosas que en algún momento pueden desaparecer, o en el Señor que no cambia, que siempre será el mismo y estará a nuestro lado.

Recordemos que el Señor siempre se va a mantener a nuestro lado, independiente de nuestra situación, sea lo que sea que suceda, Él se mantiene inmutable, ofreciéndonos su amor y protección de manera incondicional, de modo que cada vez que las circunstancias cambien y no estén a nuestro favor, Él nos ayudará a levantarnos y a mantenernos en pie.


Te invitamos a que reflexiones y evalúes, ¿Dónde está puesta tu confianza hoy?


2 comentarios:

Unknown dijo...

Surge sin duda una inquietud al aplicarlo en el diario vivir y nos da a pensar: ¿en qué o en quién confiamos?
Si bien, la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, no podemos olvidar que la fe sin obras es muerta. (Hebreos 11:1 ; Santiago 2: 14)
Así que no podemos tener Fe sin hacer nuestra parte, y confiar en que Dios hará el resto conforme a su voluntad.

Han pensado en ¿cúan delgada es la línea entre creer sin hacer y hacer sin creer?

Unknown dijo...

Hermosa palabra. Bendiciones!