miércoles, 23 de mayo de 2018


¿Quiénes son los enemigos?


En nuestra revisión del libro de Miqueas, avanzamos al capítulo 2, donde nos detendremos a reflexionar, ¿Quiénes son los enemigos del pueblo? y ¿Cómo actúan los falsos profetas?

Al inicio del capítulo 2 (versículos 1-2) podemos observar que el profeta hace una denuncia general, acusando a los malvados, pero muy pronto los identifica y los define como “los que tienen poder”, pudiendo ser latifundistas, jueces, sacerdotes, etc. Les enrostra que su actuar no es por error, sino que muy por el contrario, es premeditado. Asegura que en la noche maquinan sus maldades para luego en el día llevarlas a cabo porque tienen el poder para hacerlo.

El profeta no justifica mediante leyes terrenales el actuar de estos líderes corruptos, ya que su denuncia es conforme a las leyes provenientes de Dios. Acusa la codicia de estos personajes, principalmente de los terratenientes, quienes quitan y usurpan terrenos que nos les corresponde. En aquella época la expropiación de los terrenos no solo correspondía a una pérdida económica, sino que también implicaba una pérdida de dignidad, de historia, de futura herencia. El quitarle la tierra era una afrenta directa a Dios, quien les había entregado la tierra a sus antepasados.

Avanzando en la lectura vemos que en los versículos 3-4 nuevamente hace un anuncio general para luego identificar a quienes dirige sus palabras. Esta vez, es referente al castigo de Dios, quien anuncia el mal que les vendrá. Les afirma que serán humillados y que sus tierras les serán quitadas. Advierte que serán expulsados de la alianza que Dios hizo con su pueblo, que ya no serán parte de este.

En la segunda parte del capítulo 2, aparece un nuevo altercado entre Miqueas y los líderes, que viven en Jerusalén. Estos opresores, a través de los falsos profetas, increpan a Miqueas producto de la incomodidad que generaban sus dichos. Cabe mencionar que estos lideres contaban con sus propios profetas, los que decían sólo lo que ellos querían escuchar, una especie de profetas a sueldo, los que vociferaban que Dios no se enojaba con ellos, que nos los castigaría, etc. Es por ello que Miqueas los enfrenta y los llama “enemigos de su pueblo”, por ocultar el verdadero mensaje.

Dios se queja porque los ladrones latifundistas les han quitado a los niños, mujeres y a los más débiles lo que El mismo les había dado, y por ello pagarán muy caro, serán llevados al exilio y no tendrán ningún momento de descanso.

Para reflexionar: ¿Qué situaciones vividas hoy se podrían denunciar al estilo de Miqueas?¿Qué mensajes “falsos” logras identificar?

jueves, 17 de mayo de 2018


Denuncias de ayer que incomodan hoy



Durante este semestre estaremos revisando las profecías del Libro de Miqueas y para ello utilizaremos el libro guía “Denuncias de ayer que incomodan hoy”.

El primer punto en el que nos detuvimos fue aclarar la definición del término Profecía, el que para muchos tiene más relación con predicción de hechos futuros. Sin embargo, en este caso, tomaremos la variación que tiene más relación con denunciar hechos presentes que afectarán el futuro.

¿Quién es Miqueas? Si bien en la biblia no tenemos mucha información de este hombre, gracias a la bibliografía de la época, sabemos que fue un mensajero de Dios, anciano, que vivía en un pueblo llamado Moreset-Gat a unos 40 Kms de Jerusalén, que participaba en el grupo de hombres responsables de la aplicación de la ley cada vez que alguien cometía alguna falta en su pueblo. No era una persona que disfrutara de los beneficios de los grupos de poder o los propietarios de tierras.

¿Cuándo desarrolló su actividad profética? Fue durante el reinado de tres reyes de Judá; Jotán, Acaz y Ezequías (Miqueas 1:1). Cabe mencionar que en aquella época había dos reinos en Israel, cuyas capitales eran Samaria por el lado del Reino del Norte y Jerusalén en el reino del sur.

¿Dónde realizó sus denuncias? Miqueas era un hombre de campo, por ende, conocía perfectamente las injusticias y desmanes de las que eran víctimas sus coterráneos, ¨su pueblo¨. Anunció la destrucción de Samaria, sin embrago su crítica era dirigida contra los terratenientes, autoridades civiles, jueces, sacerdotes, profetas asalariados y todo líder corrupto de la época de la ciudad de Jerusalén

Avanzando en el primer capítulo del libro, nos detuvimos en los versículos 3-5, donde Miqueas notifica el enojo de Dios contra su pueblo, acusándolos de rebeldes e idolatras tanto a los de Samaria como a los de Jerusalén. Los confronta y les hace ver la cantidad de pecados que practican contra su pueblo, donde oprimen a los más débiles, abusando de su poder y autoridad, olvidando que son creación de Dios. Miqueas considera que la idolatría y la falsedad están íntimamente relacionadas con la injusticia y la violencia contra los habitantes más vulnerables de la nación.

En los versículos 8-9 el profeta nos refleja el dolor que le ocasiona la situación que está enfrentando. Sabe que Dios desatará su furia sobre su pueblo y por eso llora y chilla.


En medio de este escenario, te proponemos las siguientes preguntas para reflexionar:
1.- ¿La iglesia de hoy tiene un rol profético? Si es así, ¿Lo está haciendo?
2.- ¿Cómo te insertas en esta época que te toca vivir? ¿Cómo defines este momento histórico?
3.- En el día de hoy, ¿Cómo definirías la idolatría?