jueves, 21 de marzo de 2013

Cruce en el camino


Jóvenes adultos -Resumen
Lunes 18 de Marzo 2013


Génesis 3: 1 - 5
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho, y dijo a la mujer: —¿Conque Dios os ha dicho: “No comáis de ningún árbol del huerto”?

2 La mujer respondió a la serpiente:
—Del fruto de los árboles del huerto podemos comer, 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.”

4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: —No moriréis.

5 Pero Dios sabe que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal.


Filipenses 2: 1 – 11
Reina-Valera 1995 (RVR1995

Por tanto, si hay algún consuelo en Cristo, si algún estímulo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3 Nada hagáis por rivalidad o por vanidad; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. 4 No busquéis vuestro propio provecho, sino el de los demás.

5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:

6 Él, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

7 sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres.

8 Más aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

9 Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra;

11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.



Al comparar ambos textos, uno del Antiguo Testamento y el otro ubicado en el Nuevo Testamento, podemos visualizar que pese a la diferencia de tiempo en el que fueron escritos, hay un punto donde estos se cruzan.

En el primer pasaje queda de manifiesto la oferta de la serpiente a los hombres para poder ser como Dios, tienta al ser humano a ser su propio dueño, a divinizarse. En el segundo, en tanto, se nos muestra que es Cristo quien se humaniza, que deja su divinidad, renuncia a su condición para venir al encuentro del hombre, y es en este camino donde los textos se cruzan, mientras el hombre trata de elevarse para llegar a la condición de Dios, Jesús viene y se hace hombre para venir en busca de los suyos.

Por lo general los seres humanos luchamos por hacer lo imposible con tal de agradar a Dios, tratamos de elevarnos a un nivel superior, con tal de estar más “cerca” de Dios. Y es en esa búsqueda, que muchas veces nos frustramos dado que al hacerlo en nuestras propias fuerzas nos agotamos a tal punto que en vez de avanzar, retrocedemos. Vamos tan enfocados en tratar de llegar, que no vemos que Dios viene en sentido contrario a visitarnos.

En otras ocasiones, sentimos estar tocando fondo, alejados completamente del camino que nos lleva a Dios, y cuando tratamos de volver no disfrutamos del rescate que Dios nos ofrece, no experimentamos la restauración completa. Creemos que para que Dios nos escuche, tenemos que estar más cerca de Él, que ese es un privilegio solo para algunos, y no entendemos que Dios en su misericordia está dispuesto a venir a rescatarnos de nuestra miseria (de ahí que siempre apelamos a su misericordia), que Él viene hasta donde nosotros estamos para ofrecernos su perdón y restauración.

¿En qué tramo del camino estás? ¿Estás tratando de acercarte, de llegar a un nivel superior por tu cuenta? ¿Estás yendo en dirección opuesta a la de Dios, tratando de salir de tu situación difícil con tus propias fuerzas? Hoy te invitamos a que no trates de seguir avanzando solo, quédate ahí donde estás y deja que Dios venga por ti, experimenta el encuentro con Dios, deja que obre en tu vida. No hay nada mejor que disfrutar de su visita.




1 comentario:

Juan Estay dijo...

Excelente lo que han estado compartiendo, me identifico plenamente con mensaje, siempre he pensado que esa es la diferencia entre la religión y el evangelio, la primera intenta llegar a Dios a través de sacrificios, pruebas, mandas, etc, que termina cansando al hombre y por qué no decir aburriéndolo a veces, mientras que en el evangelio es Dios quien viene a nosotros y solo debemos recibirle, es una diferencia de 90 grados. Espero pronto estar compartiendo con ustedes.

Un saludo

Juan Estay