martes, 20 de mayo de 2008

Hay que seguir con la fiesta



Basado en el texto de Juan 2:1-12.
Hacia fines del siglo I el cristianismo se veía en la necesidad de independizarse de la religión madre; el judaísmo. El autor del cuarto evangelio presenta esa pugna confrontando la propuesta religiosa del judaísmo con la del cristianismo. En este caso ambas propuestas se confrontan a través del relato del milagro de las bodas de Caná. La situación de la falta de vino en la fiesta provee la ocasión para que el evangelista nos presente en qué consiste, según él, la diferencia entre la propuesta religiosa de la religión madre y la de Jesús.

Los elementos decisivos de la comparación (confrontación) son las tinajas. Éstas se constituían en un elemento fudamental de la práctica religiosa judía logrando la purificación del religoso que, en medio de sus quehaceres comerciales, resultaba "contaminado" por relacionarse con gentiles. Sin las tinajas la vida religiosa en el hogar se hubiera detenido. El autor de cuarto Evangelio nos deja ver su intención al presentar a Jesús actuando ante la falta de vino para seguir la fiesta. Son esas mismas sagradas tinajas las que Jesús manda llenar de agua, misma que convierte en el mejor vino que el maestresala pudo tomar en todo el desarrollo de esa fiesta de bodas. Con este relato el evangelista nos presenta por un lado una práctica religiosa que necesita de estos elementos rituales para seguir manteniendo la segregación con los gentiles de la época, mientras que, por otro lado, Jesús representaría una nueva forma de religión en la que la característica sería la de romper los moldes cada vez que sea necesario para dar alegría (o buenas noticias) a las personas a las que en medio de la fiesta de sus vidas se les había terminado.

Hoy el cristianismo no necesita volver a definirse frente al judaísmo como religión independiente, porque ya se ha asumido que es una religión distinta e independiente. Pero sí parece necesario reconocer que al interior de nuestras propias prácticas de fe hemos construido tinajas sagradas que no sirven sino para autoconvencernos de nuestro superior estatus frente a otros seres humanos que no comparten nuestra práctica religiosa.

¿Habrá tinajas en nuestras vidas cristianas que deban ser usadas por Jesús para llenarlas de agua que se convierta en vino para hacer que la fiesta continúe y así dar una buena acogida a aquellos que se acerquen por la alegría que provoca la celebración?

Invitamos a continuar la conversación que iniciamos el lunes en la reunión de Jóvenes Adultos.

7 comentarios:

Oscar Mancisidor Strange dijo...

Cuando recibí a Cristo, me di cuenta que la balanza de los "NO" v/s los "SI" estaba un poco desequilibrada, mas cargada a los "NO", ya que de los 10 mandamientos 9 comienzan con "NO". Por otro lado Jesús nos dice que todo esto se resume en AMOR (a Dios y al projimo) y por lo tanto, de cierta manera, debemos dejar atrás todo aquello que nos produce una frustación por llevar nuestra vida conforme a la tradición de la Iglesia, que siempre nos dijo "NO".
Mi vida esta llena de cambios, en todo sentido, cuando Jesús me propone esta nueva manera de vivir la vida, con alegría y llena de creatividad, me sorprende una y otra vez qué es lo importante y medular para mi forma de vivir.
Con el tiempo aprendí que cada dia debemos buscar esas formas creativas de llevar adelante una vida conforme a lo que Jesús nos propone, dejar a un lado las "tinajas de nuestra vida" y replantear nuestro fondo de como vivimos la fe. Debo reconocer que me cuesta hacerlo, pero es parte del desafio diario, que junto a Cristo debo llevar adelante.

JamesRock7 dijo...

Que buena la foto..
jajajajaajajaj

Ely Palma dijo...

jajaja Jaime que observador...pero era la única foto con tinajas a la mano que tenía. Muy Ad-hoc no?

Karencilla dijo...

Tú Señor Jesús sabes lo que realmente hay en mi corazòn; puedo engañar a todos; pero jamás podré engañarte a tí.
Trato día a día de seguir a Cristo; de respetar a mi prójimo y amar a aquellos quien quizás nos hace daño o por lo menos tratar de entender lo que hay en su interior.
Lléname Señor Jesús con tu amor para con los demás; dame tolerancia e inteligencia.
Haz que pueda dejar atrás mis tinajas para alegría de los demás y de mi misma.

Ely Palma dijo...

Quizá ya estamos ad portas de subir una nueva reflexión, pero no quiero dejar de compartir algo que me quedó dando vueltas en la cabeza y tiene que ver con la forma en la cual vemos a Dios. En mi adolescencia solía pensar que Dios estaba atento a cada uno de mis errores y pecados para anotarlos y enrostrarmelos el día del juicio, siempre pensaba en que si hacía algo "malo" me iba a castigar.. muchas cosas que me pasaban en la vida las veía como un castigo por algo que había cometido... y así pasaron muchos años hasta que comprendí que Dios no actuaba así, que su lógica no era igual que la mía, que su actuar difiere mucho del que nosotros podemos pensar. Ahora entiendo la maravilla de su gracia y su misericordia. Debo asumir que una de mis tinajas era el concepto o vista que tenía de Dios, estoy segura que El la ha transformado y ahora puedo disfrutar de un evangelio libre, lleno de gracia y amor.

Nos vemos pronto!!

Pepona dijo...

De regreso a mi casa después de la reunión..me fui reflexionando en esta palabra...y tratar de visualizar cuales eran las tinajas de mi vida....pero sólo se me venía un pensamiento y era que Jesús hace como él quiere y cuando quiere..con su primer milagro lo demuestra...la infelicidad que significaba sin quedar con vino la convierte en alegría y gozo..y permite que continúe aquella fiesta...más allá de lo que significa el uso de la tinaja..Jesús dice no te preocupes yo suplo todas tus necesidades y más allá de tus expectativas...,Te amo Jesús!!!!

Anónimo dijo...

Cuando me dirigía a casa, luego de reunión, pensaba cuáles serían las tinajas presentes en mi vida, muchos pensamientos vinieron a mi mente, pero finalmente me di cuenta que la vida -con sus sabores y sin sabores- tiende a llevarnos a construir incluso tinajas en áreas donde no lo imaginábamos que luego de un tiempo, bloquean los propósitos de Dios para nosotros, porque se convierten en aisladas autoconfianzas de nuestras capacidades; pero creo que Dios en su gran amor, nos atrae a sus brazos transformando y renovándonos nuevamente, dándonos a conocer que sin Él nada somos, lo que nos hace comprender que no somos mejor que otros por lo que tenemos o hacemos, sino porque Dios obra en nuestras vidas, para que éstas tengan un propósito que trasciende más allá del tiempo presente.